El de Amankay es un aparente problema aislado pero tiene una reflexión más profunda. La niña de 3 años estudia en el colegio Pedro Orós de Zaragoza y cada mañana se le niega el servicio del bus escolar por unos extraños motivos que alega el departamento de Educación del Gobierno de Aragón. El autobús pasa, por cierto, por la puerta de su casa en el Lugarico de Cerdán, un barrio rural de Zaragoza. Así, ni se equilibra el territorio ni se potencian zonas alternativas a las más pobladas, como siempre dice la DGA. Educación debería dar una solución ya y demostrar cierta sensibilidad con esta excepcionalidad.