Yendo todo tan bien, con tan buen rollo y hermoso talante, no se entiende la demora gubernativa en lo del AVE por Teruel. Si ya está la alcaldesa en la Ejecutiva y todo. Hay un suspense malo. Silencios que matan. Con tan buen rollito, y nadie le mete mano al legajo ese de Motilla del Palancar. Es una cuestión de principios... de siglo. Ya que estamos, buen talante, ciudadanía y escuchar al censo, no se entiende este fosco silencio administrativo, no se entiende que la capital de provincia más devastada del Estado se quede con el AVE a unos kilómetros, el AVE a Madrid. Tiene que haber algún cuñado soterrado o algo. Alguna finca esperancítica o buzamiento raro. Si sólo es por pereza, por no rehacer el tramo, por no gastar esas perrillas, esos euribors, que lo digan. Que digan valientemente: por no gastar en Teruel. Que lo digan y asuman la brasa. Teruel Existe ha convocado una manifestación por el AVE --sí, no reblan, no-- para mañana, día 7, plenas fiestas, e invita al concejo a encabezarla, a las 20.30.

Esta tontada del AVE a Teruel es el nuevo trasvase. Ya lo era antes, pero como estaba el otro, el de verdad, pues había que dosificar los empentones, las escasísimas fuerzas. Ahora, con todo el agradecimiento --y los votos-- a ZP por haber cumplido su palabra y haber erradicado esa amenaza aznarí, hay que estar por el AVE a Teruel, que es una reivindicación elemental, antidiluviana, prehistórica, necesaria. Sobre todo para Madrid. El tren del Cantábrico a Levante y viceversa (si es de doble vía) está muy bien, es una infraestructura muy buena, bla bla. Pero no quita. Teruel-Madrid es tan estrafalario, tan impensable, que parece mentira que el trazado actual pase tan cerca. Pero es impensable porque nos hemos adocenado a pensar como siempre, que Teruel no existía, que Aragón no pintaba nada, que lo mejor era abandonarse a un caciquismo remoto, por pura pereza y hastío de siglos. Pero las cosas están cambiando. El mero asunto de que haya paridad en el gobierno, en la ejecutiva del PSOE, etc, es una revolución, sólo ese detalle es suficiente para abrazar el zetapesoísmo. Aunque a los cuatro días todo nos parece ya de lo más normal, la paridad aritmética es un cambio radical. Un cambio a mejor. El Vaticano, que aún no reconoce alma a la mujer, está temblando. Pero ha de haber AVE Madrid Teruel.

*Periodista y escritor