El consejero de Obras Públicas, Rafael Fernández de Alarcón, reveló ayer por fin se ha firmado el convenio con Renfe para el mantenimiento de servicios regionales, dando por cerrada una larga negociación de más de un año. En este periodo se han producido múltiples incidencias (552 según el consejero) que deberían quedar definitivamente olvidadas. Una vez firmado el acuerdo, la operadora habría de cumplir con sus compromisos en tiempo y forma y el Gobierno está cargado de razones para exigir su observancia con la mayor vehemencia. Lo contrario sería defraudar a los aragoneses y plegarse ante la evidencia de que los servicios ferroviarios no solo languidecen en Aragón, sino que lo hacen a precio de oro. ¿Es tolerable más de una avería al día cuando el convenio supone un desembolso de 11 millones de euros públicos?