El Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza formarán el próximo mes la compensación de sus deudas mutuas, que suponen 18,1 millones de euros por cada parte. Se pone fin así a un contencioso que ha estado a punto de acabar en los tribunales y cuya causa, muy probablemente, ha tenido que ver con una circunstancia que acabamos de conocer estos días: las dificultades de la DGA para cumplir con el objetivo de déficit, objetivo que finalmente no ha alcanzado. En cualquier caso, que las dos principales instituciones aragonesas lleguen a un acuerdo y restablezcan una mínima sintonía no sólo era necesario sino imprescindible para asegurarle a la ciudadanía una administración coordinada y eficaz. Que en una y otra gobiernen partidos distintos en ningún modo debería ser motivo de disensiones y forcejeos, que al final acaban corriendo siempre por cuenta del contribuyente.

UN SIMPLE INTERCAMBIO

En realidad, Gobierno aragonés y Ayuntamiento de Zaragoza sólo han de proceder a un simple intercambio. Aquél abonará los impuestos municipales (el IBI) relativos a los edificios de la Expo y la parte que le toca de las obras del tranvía; éste, por su parte, pagará lo que le corresponde por las obras en el Balcón de San Lázaro y el sellado del vertedero. Como se ha dicho, unos dieciocho millones por cada lado. Luego, el consistorio podrá reclamarle al Ministerio de Medio Ambiente siete millones correspondientes a dicho sellado.

La relación entre ambas instituciones aún deberá adaptarse a la reforma del Régimen de la Administración Local, por ejemplo en lo que se refiere a la vigilancia de la industria alimentaria de Zaragoza, que ya no será misión del Instituto Municipal de Salud Pública. También queda vinculado a un posterior acuerdo sobre competencias educativas el pago por el Ayuntamiento de los 14 millones anuales que suman los suministros a los colegios públicos de la capital.

COORDINARSE NO ES TAN DIFÍCIL

Pese a la tinta que ha corrido en relación con la duplicación de servicios y recursos, lo cierto es que la coordinación entre los diferentes niveles de la Administración no debería ser tan difícil. Recientemente, DGA y Ayuntamiento de Zaragoza abordaron al alimón proyectos de gran envergadura. Pueden y deben seguir haciéndolo. Sin trampas y empujones. Por el bien de todos.