EEl Círculo de Bellas Artes de Madrid ha dedicado una exposición a Banksy, seudónimo de un artista cuya identidad no ha sido desvelada, pero que desde hace mucho tiempo es popular en medio mundo por sus sorprendentes creaciones y actuaciones.

Los dibujos o murales de Banksy aparecen de la noche a la mañana en cualquier lugar, o desaparecen también como por arte de magia de las salas de subastas autodestruyéndose en una protesta contra el mundo mercantil y los bastardos intereses del arte…

Sea quien sea, oculte a quien oculte, Banksy ha impuesto su ley de la calle, su street art, elevándolo a noticia o expectativa permanente, siempre en relación con temas de candente actualidad, el racismo, la emigración, la violencia policial, la intolerancia, el fanatismo… Cada nuevo grafiti suyo, mural o «intervención» ocupa grandes titulares en los medios de comunicación y contribuye a consolidar el valor de un arte hasta hace poco despreciado.

Nacida en los barrios pobres de Nueva York, al igual que el break dance, el rap y otras músicas urbanas, el street art mantiene hasta hoy, formalmente al menos, fidelidad a sus orígenes. Cosa distinta serán o son ya los beneficios que las obras de Banksy y su escuela puedan estar produciendo, a cuánto ascienden, a qué bolsillos van…

Un grafitero que tenemos más a mano y, éste sí, identificado, es Tvboy, seudónimo de Salvatore Benintende. Un siciliano afincado en Barcelona cuyas viñetas satirizan la vida política y social en Italia y España.

Su nuevo y reciente libro, La calle es mi museo, incluye divertidos retratos urbanos de políticos como Pedro Sánchez, Albert Rivera, Trump, Carmena o celebridades como Andy Warhol, Picasso o Maradona. Todos ellos contextualizados en un entorno irónico o crítico que se presta a diversas interpretaciones por parte de quienes los descubren y disfrutan en vallas, paredes y otros soportes urbanos.

Arte de nuestro tiempo, arte de la calle, arte de la gran ciudad. Visionario y comprometido, para unos; arte-basura, para otros; pero en ambas percepciones pujante, efectivo, casi omnipresente.

Como el divino Banksy, que parece estar en todas partes y en ninguna…