Todos los partidos se mostraron ayer proclives a crear una comisión de investigación en las Cortes para evaluar las responsabilidades de anteriores gobiernos autonómicos en el plan de depuración de Aragón, que arroja un agujero de 117 millones de euros y sombras alargadas. Entre los proclives a la comisión sorprendió la naturalidad con la que se expresó la portavoz del PAR, María Herrero. «Todo sea por la transparencia, vino a decir». A buenas horas, mangas verdes, que el desaguisado es directamente proporcional a la opacidad con la que se manejó su partido en este asunto.