Se dice que en sólo seis pasos es posible conectar a cualquier persona del planeta con otra por muy ajenas que sean entre sí. Esto da pie a múltiples juegos que relacionan personas o conceptos imposibles de congeniar. Ahora, la prensa afín al antiguo Gobierno Aznar se dedica con pasión a estos pasatiempos. Se trata de buscar el camino más corto entre ETA y los autores del 11-M. Primero supimos que un etarra había escrito desde la cárcel que otro recluso integrista "molaba mazo", y que Urrusolo consideraba que un terrorista del GIA era "un tío super serio". Ahora salta a los titulares Rafa, el confidente inculpado por el atentado de Atocha, declarando que Suárez Trashorras tenía el móvil de "alguien de ETA". Burdamente se sugiere que ETA subcontrató a los islamistas, del mismo modo que las multinacionales deslocalizan sus factorías. Puede que finalmente encuentren una transacción bancaria entre ETA y Al Qaeda, o las pruebas de un encuentro entre el Tunecino y Josu Ternera en Perpiñán. Todo es posible. Pero está claro que, con los datos que disponía en su momento, el Gobierno trató de ocultar lo que sabía. Esto lo saben hasta los que ahora andan descubriendo conspiraciones.

*Músico y gestor cultural