Ya va siendo hora de que los zaragozanos salgamos a la calle para decir basta a lo que consideramos injusto y abusivo. Vaya por delante que me da absolutamente igual que en esta ocasión las críticas caigan sobre el tejado de la DGA o sobre las espaldas del ayuntamiento de la ciudad. Cuando algo se ha hecho mal, y se sigue insistiendo en el error, hay que denunciarlo y pararlo.

La gota que ha desbordado el vaso es el ICA (Impuesto sobre la Contaminación de las aguas). Algo que proviene de un escándalo mayúsculo de gobiernos anteriores (hay que decirlo) donde se construyeron depuradoras absurdas en pueblos mínimos, otras se quedaron a medio construir, mientras el chanchullo se iba redondeando y repartiendo entre varios. Como bien indicaba Lola Ester en otra columna de este periódico, el que fuera responsable de Medio Ambiente cuando se autorizó este desastre en Aragón ahora se dedica a asesorar sobre el mismo tema pero fuera del Gobierno. Alfredo Boné y su partido, el PAR, no han hecho las cosas demasiado bien en esta tierra. Y como mínimo es saludable que se señale a los responsables.

¿Por qué narices tenemos que pagar esos desmanes recientes, y tapar los agujeros económicos derivados de esa nefasta política, los zaragozanos con un nuevo impuesto disfrazado de ecologista? Pues hasta aquí se ha llegado señores y señoras del Gobierno. La movilización está en marcha y este domingo toca salir a las calles para demostrar que no estamos todavía anestesiados del todo, que aún somos capaces de plantar cara a lo que consideramos injusto: ahora el ICA y también el desmesurado impuesto de sucesiones, que es el más alto de los impuestos de España. Tomen nota los recaudadores fiscales y aprendan a hacerlo de forma proporcionada y progresiva. Dejen de exprimir a las clases medias de las ciudades para que los presupuestos salgan adelante. Que no solo existen las personas en situación de vulnerabilidad para recibir su amparo (necesario y justo), y lavar sus conciencias. Los errores hay que corregirlos para todos por igual, sin discriminaciones hipócritas. Las recaudaciones deben ser equitativas y progresivas, y si no saben hacerlo así, qué pregunten.

Bajo el lema Gestión pública y eficiente del agua. Precios justos. Supresión del ICA, las organizaciones convocantes, muy numerosas por cierto, han logrado movilizar a la ciudadanía este domingo con una manifestación masiva acompañada de actuaciones musicales. O sea, con buen rollo, y ganas de sentirnos de nuevo colectivamente juntos ante impuestos que nos sangran el bolsillo sin causa. El agua que bebemos, para lo mala que es, ya la estamos pagando con recibos abrumadoramente caros. Ahora toca escuchar a las plataformas y Red de Agua Pública de Aragón, y sentarse con los que gobiernan para volver a hacer los deberes con sabiduría y justicia. Al ICA lo han superado, de momento, más de 30.000 recursos de los habitantes de esta ciudad. Aprendan la lección y paralicen su eje-cución.

*Periodista y escritora