El pasado miércoles se confirmó la cancelación del Festival Vive Latino que se iba a celebrar en Zaragoza el próximo mes de septiembre. Se confirmó de este modo lo que era un secreto a voces desde hace unos días, y puede anticipar lo que ocurra con otros grandes festivales y conciertos programados en Aragón para los próximos meses. El Vive Latino es el mayor acontecimiento de la música popular en México, país en el que se celebra anualmente, y por primera vez se iba a trasladar a España, concretamente en Zaragoza. Ya se tuvo que suspender el año pasado y esta es la segunda vez que se aplaza. Habrá que ver si la organización lo vuelve a organizar y se dan todas las condiciones para que la cita llegue en 2022. El cartel congregaba a algunos de los artistas latinos más consagrados, como Bumbury, Andrés Calamaro, Café Tacuba o los Caligaris, entre varias decenas más.

Una auténtica lástima la inevitable suspensión, que puede anticipar lo que ocurra con otras citas programadas en el calendario. Una lástima porque situaba de nuevo a Zaragoza en el calendario internacional de grandes citas musicales, podría generar pingües beneficios a la ciudad y permitía algo de alegría en una sociedad que lleva más de un año sumida en un profundo estado de abatimiento.

Habrá que estar pendiente con otros festivales como Pirineos Sur, o macroconciertos como el que tiene previsto Alejandro Sanz el próximo mes de junio y cuyas entradas siguen a la venta. Lo que está claro es que aunque se prevea que el ritmo de vacunación mejore y las autoridades sanitarias muestran un moderado optimismo con la situación que puede atravesar el país a partir del verano, la realidad es que estamos a las puertas de una nueva ola y se cancelan actuaciones como la del Vive Latino ante la imposibilidad de garantizar las condiciones sanitarias en un concierto multitudinario. Recientemente en Barcelona se ha hecho un concierto con 5.000 espectadores para analizar la posibilidad de reanudar estos grandes eventos, y se está a la espera de las conclusiones de los resultados. Este experimento no está exento de polémica, ante quienes lo consideran inoportuno, y más cuando las normativas restrictivas incljuso prohíben las reuniones familiares si no son de convivientes.

El sector de la música es otro de los grandes perjudicados por la pandemia. En Aragón en el último año se han cancelado 2.500 conciertos y se estiman unas pérdidas de 4 millones. Más de 1.200 personas viven directamente de la música. Por todo ello, ver que en septiembre tampoco habrá música en vivo es una triste noticia.