La pobreza crece en Europa. Y más en la medida en que la UE se amplía. La falta de empleo en los hogares suele ser la primera causa; la desestructuración familiar y personal, originada por la baja formación humana o por la nula cualificación profesional, la segunda.

Dice el último informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas que la pobreza abunda por todas las regiones del mundo: en los países en desarrollo y en los semiindustrializados, se ve por todo su territorio; en los países ricos e industrializados, se concentra en forma de bolsones .

Así es. Frente al Centro de Caridad de Colonia hacen cola los indigentes; en Inglaterra, uno de cada cuatro niños se halla bajo el umbral de la pobreza; en Hungría, la mitad de los niños no saben lo que son vacaciones de verano y un 30% de la población vive en seria precariedad social y económica; en Helsinki, los sin techo hacen cola para comer gracias a la Armada de la Salvación .

Dentro de las fronteras de la antigua UE-15 la pobreza no se ve. Si damos un paseo turístico, a la lista anterior sólo se pueden añadir observaciones superficiales. En Oporto mendiga una mujer en cada rincón; en Nápoles, más de lo mismo; en Madrid, camino de El Escorial, se ven dos barriadas de chabolas construidas con plásticos y hojalatas; en Zaragoza, DGA y Ayuntamiento desmontan el chabolismo, pero queda el entorno del pabellón Príncipe Felipe y, como en todas las ciudades europeas, uno o dos mendigos en la puerta de cada iglesia. Sin embargo el hondo fenómeno de los amplios colectivos en situación de exclusión no se ve o se esconde.

UNA ANECDOTA a propósito de la nueva Europa que ha venido y la que ha de venir: sábado, 15 de mayo; 21 horas. Puntualmente comienza la 49 edición de Eurovisión. ¡Qué despliegue de medios, qué escenografía, qué plató! Toda una imagen de país rico y ultramoderno. Pero ¡esa no es la Turquía que uno conoce!. Consultamos la web de una embajada turca. Resultado: un gran acopio de datos industriales, industriosos, gubernamentales, turísticos. Sólo uno reza así en esa web: "tasa de pobreza: en blanco". No hay datos: no sabe/no contesta. Con esto hacemos referencia a la Europa que esconde sus miserias. En torno al fausto evento de la ampliación, 1 de mayo, nuestros medios --como éste periódico-- dieron cumplida y puntual información al ciudadano sobre las características de cada nuevo estado-miembro: índices de población, baremos económicos, índices de desarrollo, índice de paro, inflación, PIB, renta per cápita y un largo etc. Y se habló sobre todo de "grandes oportunidades de futuro", de "ampliación de mercados", de "competitividad". Sólo el tema de la "solidaridad en el marco de los derechos sociales y la democracia" se quedó en el trasfondo de la economía global. En todo caso, que el lector compare y deduzca. No hay información directa sobre ese tema, porque la pobreza no se exhibe: los trapos sucios se lavan en casa.

Para saber de todo esto, hay que acudir a los informes: desde el anual Observatorio Europeo hasta el de Cáritas Europa 2003. Así sabemos que, de los 370 millones de habitantes de la UE-15, 52,5 millones (un 14,19% de la población) viven ahora mismo bajo el umbral de la pobreza. Esto, en España y en Aragón, aunque no lo parezca, se traduce en un 20%. Y entre los diez nuevos socios --75 millones de personas-- ese índice sube a un 25 y hasta un 30%. Es decir: la nueva Europa cuenta con unos 20 millones más de marginados o en riesgo de exclusión.

¿Cómo, pues, la Europa de los negocios --preocupada por la paz y la seguridad--, la que exporta "justicia" al tercer mundo, llegará a ser también la Europa de la solidaridad, tanto entre regiones como entre individuos?

DICEN QUE LA Historia es maestra. Es interesante recordar que, por el año 1538, Gillaume Farel consiguió que en la Ginebra de Calvino o en la Zürich de Zwinglio no hubiera ni un solo pobre. Por primera vez en Europa. Los tres habían conocido un mismo "orden social", previsto por el entonces rector de la Universidad de París, Nicolás Cop. Y ese orden se impuso mediante una revolución que no atacó ni la propiedad privada ni los medios de producción. Sólo se centró en la férrea distribución de los bienes, incluyendo el producto del propio trabajo.

*Secretario General de Cáritas Aragón