Desde un descreimiento de padre y muy señor mío hacia la clase política profesional, un servidor, alucinando en colorines, no deja estos días de abrir y cerrar la boca como una carpa leyendo el periódico. Imagínense ustedes, si tal parece que hasta les hubiera entrado el sentido común. Efectivamente: las hipótesis de partida de trasvase habían sido convenientemente apañadas al gusto de los señores ministros de la etapa pasada. Farlete y Monegrillo necesitan imperiosamente de, al menos, unos cientos de hectáreas dotadas de agua para cada uno procedente del Canal de Monegros. Teruel tiene terreno más que de sobras para situar una larguísima pista de aterrizaje que sirva a usos de mantenimiento de la aviación europea y, cerrada hace tiempo por presiones del puerto bilbaíno la nunca acabada línea férrea Santander-Mediterráneo, esa provincia española que "casi no existe" forma parte del corredor natural de alta velocidad para comunicar Levante y Norte. Se tiene que dialogar a calzón quitado con los afectados por los pantanos, y se pueden y deben reconsiderar determinados "modificados" sobre alturas en los aliviaderos de las presas, alturas que determinan por si mismas sus niveles máximos de llenado. Ah, y por supuesto lo de Irak olía que apestaba... Y todo junto. --J. Ramón Navarro. (Zaragoza) C