MEMORIA

Los 80

***Javier Gómez

***Zaragoza

Tengo la suerte de haber pertenecido a la "quinta" de los 80. Es decir, entre aquellos que por entonces teníamos 20 años. Esos jóvenes que ya empezábamos a trabajar a los 16, o aquellos que seguían estudiando sobre el soporte económico de unos padres que querían para sus pupilos algo mejor de lo que tuvieron ellos.

Unos chavales que con poco dinero se lo pasaban "pipa", con la inmaginación y el humor como paladín de sus ratos de ocio. Con la suerte de contar con una de las mejores músicas pop--rock que hayamos podido conocer hasta la fecha, y con la ilusión de que si llegásemos al 2000, nos quedase un trocito de juventud "ochentera" que transmitir a los demás. Fuimos el soporte de la democracia en nuestro país porque teníamos las ideas muy claras en ese aspecto y lo demostramos con nuestro comportamiento acudiendo a las urnas.

Por cierto...siempre me acuerdo de la tarde-noche del 23-F; yo trabajaba de botones en la academia de administrativo donde también estudiaba. Estando en el despacho, con la secretaria y el director (que ahora, y desde hace años es el alcalde de un importante pueblo de Zaragoza), éste al escuchar la radio, exclamó cabizbajo: "Mañana ya tenemos un Gobierno militar". Yo, me quedé pasmado mirándolo y no dije nada...pero pensé: ¡Y una mierda!.

Así fue...

MONTAÑA

Oportunismo

***Mariano Polanco

***Sabiñánigo (Huesca)

En la sociedad actual está de moda el oportunismo de los que aprovechan cualquier minucia o frivolidad para tener unos minutos de absurdo protagonismo. Los individuos a los que me refiero suelen pervertir la actividad que parasitan o degradar el medio en el que actúan. Así una discoteca de Fraga monta operaciones de mercadotecnia en la cumbre del Aneto y un insigne artista pinta rocas de color amarillo en la Plana de Ballibierna, ante la pasividad los responsables del Parque de Posets--Maladeta.

Leyendo la prensa atrasada del mes de agosto, me encuentro con el titular "Vuelven los techno--alpinistas". Este año la operación del despropósito mercadotécnico de la citada discoteca ha tenido lugar en la cumbre del Mönch, cima del Oberland suizo. Ascender al Mönch no tiene ninguna trascendencia, miles de excursionistas lo hacen cada temporada estival.

Un tren remonta desde Kleine Scheidegg hasta el collado de la Junfraujoch (3.571 metros) desde esta cota, remontar por una suave pendiente 528 metros de desnivel, hasta la cumbre del Mönch (4.099 metros) transportando un "discman", no creo que constituya un hito alpinístico. Lo más revelador de todo es lo expresado por uno de los héroes protagonistas de tan singular hazaña: "La montaña es como la música, tiene que gustarte para aguantarla" (sic).

Para los que admiramos la inmensa belleza que las montañas nos ofrecen y ascendemos a ellas estimulados por una forma de entender la naturaleza, al tiempo que realizamos una actividad física muy gratificante, imagínense la opinión que nos merecen los que van a la montaña a aguantarla para promocionar una actividad comercial.

En cuanto a la música, él mismo lo dice, "tiene que gustarte para aguantarla". Lo siento por ellos, hay quienes con la música nos deleitamos y disfrutamos, pero ciertamente es con otro tipo de música.

Estos portentos del alpinismo nos prometen nuevas y singulares gestas como llegar hasta el campo base del Everest. Pido que la próxima vez cambien los titulares de la noticia, si es que una trivialidad así se puede calificar de tal, digan vuelven los techno--figurones. Por favor, no insulten a los alpinistas.