No habrá salido tan bien como pretendía la organización, pero hay que reconocer que el Fórum de Barcelona ha tenido mucho mérito: han sabido inventarse algo dónde no había nada. Algo nuevo, inédito, distinto. Sólo por eso ya valía la pena intentarlo. Se han salido de los raíles y las burocracias internacionales, han dicho vamos a inventarnos un superevento mundial. Y en parte lo han conseguido. Además, en un momento en que las expos internacionales tienen serios problemas para atraer al público y lograr ese mínimo de atención más o menos sostenida en el tiempo. Han reinventado un trozo enorme de ciudad donde sólo había un pudridero, han aprovechado el evento que iban inventando sobre la marcha --y con contratiempos-- para aumentar el equipamiento de una gran ciudad que ya estaba superequipada. Todo esto merece un aplauso: donde no había nada, en todos esos meses del calendario que estaban vacíos, al albur del turismo y sus vaivenes, han plantado un desafío formidable. Igual que seguimos aprendiendo de los grandes movidones de la BCN de los JJOO, igual que seguimos contratando talento y servicios derivados de aquella cumbre, el Fórum, aun yendo a medio gas, va a seguir irradiando negocios, ideas y derivados. El primero, la simple intención de innovar a lo bestia saltándose todas las convenciones y los calendarios organizados para colocar una ciudad (ya muy colocada) en los mapas. Si sale la Expo 08 --que sale-- habrá que ponerse a tope en torno a la gran idea del agua, ponerse a tope con humildad y explicarlo todo bien y cuanto antes. Demasiadas veces se culpa a "fallos en la comunicación" cuando las cosas no resultan como se había previsto, cuando algo o todo sale mal. El rollo ese de "no hemos sabido explicarnos" es un recurso habitual. Cuando la comunicación es deficiente lo primero que hay que pensar es si había algo que comunicar. A menudo los esfuerzos por comunicar y explicar se enfocan más a ocultar o escamotear que a revelar. Y esa actitud consume muchos recursos y lo emponzoña todo, porque cuando se quiere decir algo ya se ha perdido la credibilidad, la atención o las dos cosas. En el fondo de estos problemas está la exigencia de una apuesta radical por la transparencia. La Expo, que no deja de ser un experimento, podría ser una buena oportunidad.

+Escritor y periodista