La decisión de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza de judicializar a través del contencioso administrativo las diferencias que mantiene con el ayuntamiento de la capital por la ordenanza de veladores puede interpretarse como un pulso del sector para intentar adaptar --a través de la presión que lleve a la negociación-- una normativa reciente que afecta a unos 1.400 solicitantes.

En el fondo de la demanda subyace, más allá de un problema de plazos que impidiera la presentación de un recurso, la intención de los hosteleros de encontrar la rentabilidad en la estructura de terraza y la capacidad de la misma, limitada por las distancias establecidas por la propia ordenanza y que a la asociación le parecen excesivas, aunque curiosamente participaron en la confección del documento aprobado hace un año por unanimidad del pleno municipal.

El conflicto, en el que los propios litigantes anuncian su voluntad de buscar soluciones, debe resolverse con diálogo. Los establecimientos conocerán las especificidadesde sus demandas y el consistorio la defensa que debe hacer del espacio urbano. Tiene que haber un punto de encuentro.