Cuántas firmas con sede en Aragón conocen ustedes que se comprometan pública y formalmente a abrir en los próximos tres años 150 tiendas en el resto de España y a crear 500 nuevos puestos de trabajo? ¿Cuántas empresas conocen ustedes que sean capaces de pasear con orgullo el nombre de Aragón por toda España por saber hacer bien su trabajo, por actuar con una gran sensibilidad y eficiencia profesional que las hacen altamente apreciadas en otras regiones? Son sólo un puñado.

En Aragón hay algunas cosas que funcionan. Y que funcionan muy bien. La logística, con el impulso combinado de instituciones públicas y privadas, ha tenido un auge espectacular, hasta el punto de que Zaragoza y PLA-ZA ya son referentes para toda Europa. Tenemos Aramón y sus planes para el fomento del turismo --no sólo invernal-- de montaña. La idea de Aramón, que apenas tiene tres años, ha provocado interés y deseos de emulación en otras regiones que se han visto obligadas a ponerse las pilas.

Ahorradores por naturaleza --somos pocos pero precavidos-- contamos con excelentes entidades financieras --Ibercaja y CAI, entre otras-- que usan nuestro dinero para el desarrollo regional: apoyando la aceleración de infraestructuras, promoviendo decenas de proyectos culturales y sociales, reforzando la acción pública en materia de cohesión social. Acostumbrados a ver sólo lo negativo de nuestra región, conviene conocer nuestros puntos fuertes. Un poco de autoestima no nos hará ningún daño.

*Periodista