Los sindicatos del Ayuntamiento de Zaragoza se dejaron oír en el primer día de campaña electoral al boicotear el pleno municipal para hacer patente su desacuerdo salarial. La trifulca organizada por unos trescientos funcionarios dejaba a las claras la tensión de la negociación que habían mantenido hasta las 4,30 de la mañana con el concejal de Régimen Interior, Florencio García Madrigal. Lo que divide al equipo de gobierno y los sindicatos es una cuestión de matiz, pero los matices pueden ser muy importantes cuando las arcas municipales están en situación de ruina. El concejal plantea una subida a largo plazo dada la "insostenible" situación financiera, que es la primera medida que adoptan las empresas cuando las finanzas no van de cara. Los trabajadores pueden entender perfectamente la situación, pero la aceptarían de mejor gana si el freno salarial se acompañara de mejoras sociales y salariales que reclaman. Lo uno por lo otro.