El frío invierno de 1938 era escenario de la terrible batalla de Teruel, en la Guerra Civil española. Y, muy lejos de la Península, en la dureza del exilio romano, venía al mundo tal día como hoy Juan Carlos de Borbón y Borbón, hijo de los Condes de Barcelona. Nadie entonces, ni durante muchos años, imaginó que en él sería restaurada la Monarquía en nuestro país. El primero que le llamó Juanito fue su abuelo, el Rey Alfonso XIII, y con ese nombre se le conoce en casa desde entonces. Diez años esperó para poder pisar su tierra española, una larga ausencia que, por ejemplo, le dificultó hablar con soltura el castellano cuando llegó a Madrid. Aquel Juanito pasó a denominarse Juan Carlos cuando fue preciso encontrarle un nombre dinástico. A la hora de reinar, parecía excesivo titularle Juan III y arrebatar a su padre, además de la Corona, hasta el nombre con el que le conocían los leales dinásticos. Y hubo que inventarlo . Cumple hoy 68 años, y con él cumple también España. Han pasado 29 años desde que asumió el Trono, y nuestra democracia también se ha hecho mayor de edad. Ahora ya es posible pensar en cambios.