El talante veraz y cumplidor del presidente Rodríguez Zapatero ha quedado más que demostrado desde el primer momento. Parece que nunca como ahora, en la historia de la maltrecha democracia española, se está haciendo realidad eso de cumplir lo prometido. Ojalá que ese rumbo marque los cuatro años de gobernabilidad socialista y que las ofertas electorales se conviertan en realidades tangibles (siempre con las necesarias reservas y a expensas de coyunturas concretas que podrían variar plazos). Muy bien, aunque ahí te quiero ver, castellano: ¿qué hacemos con España? Hace muchos años que sostengo las bondades de ese concepto maragaliano que se inicia dibujando asimetrías para desembocar en la "España Plural" (en adelante, cosas de la moda publicitaria triunfante, EP), la España única capaz de aunar todas sus riquísimas diferencias, en plano de equilibrio igualitario tratando de vertebrar la invertebrada, polvorosa, acaso casposa y centralista concepción de una Nación plural. Los viejos carnets del PSOE abundaban (tal vez los actuales también) en el carácter federal de esta formación. Federal es Alemania o Suiza; los USA son un conglomerado de estados tan yanquis los unos como los otros, gran potencia unitaria desde profundas diversidades. Lo más hermoso de la vida (de la particular o común historia) es saber aunar voluntades, hallar la argamasa capaz de erigir puntos identitarios. Zapatero debería acometer tal misión: hacer de lo uno pluralidad y de la diversidad unidad. Creo que está comprometido con la EP, y como es hombre de palabra...

*Profesor de Universidad