En el asunto de la epidemia de legionelosis del Clínico, los responsables de Sanidad de la Diputación General de Aragón, sin negar que ha existido un control, deberían estar abiertos también a escuchar otras voces. Una de ellas es la de Arturo Urdániz, experto acreditado por el Gobierno de Navarra para enseñar a las empresas de mantenimiento y control de la legionela. Los expertos siguen revelando fallos en la limpieza de las torres del Clínico y apuntan a los separadores de gotas como un factor decisivo en el brote que afectó a 32 personas y causó la muerte a siete de ellas. Resulta fundamental que el asunto se aclare.