Ya he contado por aquí alguna vez que realizo animaciones disfrazado de grandes personajes de diversas editoriales, como de Gerónimo Stilton, por ejemplo. Estando disfrazado del famoso ratón, firmando ejemplares sin parar, era habitual que algunos lectores acudieran con libros escritos por Tea Stilton, la hermana del personaje, y yo, muy cortésmente, les dedicaba el libro firmando como la hermana, que la familia tiene que apoyarse, por supuesto. Era cuestión de tiempo que sacaran disfraz para Tea, dada su creciente popularidad, así que un buen día me llamaron de la editorial para anunciarme que haría de ella también. Genial. Sin embargo, la primera vez que tenía que enfundarme en la piel de Tea Stilton, en un Eroski de Pamplona, me llamó por teléfono la encargada de allí bastante preocupada. «Hola, Roberto. Me han comunicado que vienes a hacer de Tea, pero…, cómo decirlo, esperábamos una mujer, una actriz…». Silencio tenso. «Hombre, soy un profesional», me defendí, «He hecho de Peppa Pig, Ardilla Rasi, Kika Superbruja o Junie B. Jones, entre otros personajes más o menos femeninos. Soy un profesional», repetí. «No lo dudo», acertó a decir, «pero tienes que llevar unos pantalones acampanados muy ajustados. No sé si te entrarán». «Bueno, estoy delgado», argumenté, y eso me salvó; llego a estar más gordo y me quedo sin poder entrar en el personaje. Lo cierto es que me quedaban ajustados como un guante, qué maravilla de pantalones. Nunca he estado tan glamurosa y estilosa, la verdad. ¡Viva la familia Stilton! ¡Y viva el travestismo! .

*Escritor y cuentacuentos