La noticia adelantada ayer por este diario sobre la reconversión de los usos del Teatro Fleta ha provocado grandes reacciones entre diferentes sectores políticos, culturales y sociales de Aragón. Efectivamente, el aumento de los costes y las dificultades para hacer realidad el proyecto originario (un espacio dedicado a la ópera y también al teatro) han causado un replanteamiento por parte del nuevo equipo de la consejería de Cultura, que heredó en cartera este complicado asunto. Ahora es preciso que los nuevos ejes que se van a diseñar para el futuro de este edificio se expliquen con entera claridad. ¿Qué va a suceder con el Fleta? ¿Qué papel está llamado a desempeñar? ¿Cómo puede compaginar los diferentes planos que se pretenden en su funcionamiento? ¿En qué medida encajaría en Zaragoza un centro así, con la polivalencia que se plantea? Todas estas cuestiones deben obtener respuesta. Hay que despejar las dudas ya.