El Barómetro Aragonés de otoño, cuyos resultados fueron hechos públicos ayer, indica que la población de esta comunidad está adoptando una visión optimista respecto al futuro político; visión que obviamente se habrá aclarado mucho más tras la concesión de la Expo. Esta sensación subjetiva de la ciudadanía se corresponde por vez primera no tanto con las eternas invitaciones al positivismo de los gobernantes, sino con aspectos concretos y objetivables de la realidad. Aragón va mejor, y sus gentes lo perciben.

Es éste el mejor escenario para lanzar los obligados deseos de felicidad y prosperidad a nuestros lectores y a todos nuestros conciudadanos. EL PERIODICO tiene a gala ser un ciudadano colectivo que trabaja por el progreso de esta tierra y que ha impulsado y participado directamente en los recientes procesos de progreso y desarrollo. Zaragoza y Aragón se están abriendo a un futuro particularmente interesante que va a exigir de todos nuevas y mayores dosis de participación, de iniciativa y de optimismo consecuente; también de espíritu emprendedor y de creatividad. Celebremos todo ello, apostemos por el más risueño porvenir... pero sepamos también mantener nuestra lucidez crítica.