Las Fiestas del Pilar tocan hoy a su fin tras una larga semana de actos seguidos en mayor o menor medida por los ciudadanos, con enorme participación en los conciertos de la plaza del Pilar. La Ofrenda de Flores, en el Día de la Virgen del Pilar, volvió a demostrar su capacidad de atracción masiva en una tradición que crece cada año. Y, a falta del balance oficial, la percepción de los zaragozanos sobre sus fiestas del 2019 es que han sido correctas, aunque el programa haya registrado algunos días ciertas carencias comparado con otras ediciones. Algo que, de cualquier forma, debe considerarse comprensible al mirar el calendario, en el que los días valle se han hecho muy presentes y han marcado el tono festivo, con especial incidencia en la hostelería que, sin embargo, lo ha compensado con la ocupación en los días fuertes de los fines de semana. Pero convendría que la programación en los días laborables se adaptara de forma que minimizara los efectos negativos de los días valle.Las fiestas, en general son un modelo contrastado, pero la Ofrenda, por su propia magnitud, quizá exija darle una pensada para evitar que su propio éxito juegue en su contra.

Lamentablemente --tras unos pilares sin incidencias destacables--, y pese a las campañas y las medidas previstas en la capital contra la violencia de género, se ha registrado una denuncia por agresión sexual en el entorno del recinto de Valdespartera, el sábado de madrugada. La respuesta de repulsa ciudadana e institucional hacia estos comportamientos debe continuar hasta su erradicación. Unas jornadas de alegría y diversión en las que prima el respeto y la armonía entre miles de zaragozanos y visitantes no pueden verse ensombrecidas por comportamientos delictivos. Zaragoza y sus gentes, referentes reconocidas por sus actitudes de hospitalidad y acogida seguirán dando la batalla a favor de unas fiestas cívicas y alegres y condenando cualquier alteración de la seguridad de todos.