Parece que Artur Mas ha descubierto que la fórmula para resolver, a favor de los intereses de Cataluña, el modelo de financiación autonómica es mantener reuniones discretas y secretas con el Estado, según dijo el mismo presidente en un acto público hace varios días.

Esta afirmación es cuando menos, preocupante, por varios motivos que paso a relatar. En primer lugar, no entiendo cómo es posible que estas reuniones secretas puedan ser más eficaces y efectivas que las bilaterales o multilaterales, con "luz y taquígrafos", establecidas en la Constitución y en los Estatutos. Supongo que Rajoy no aceptará este tipo de relaciones espurias, no sólo por falta de ortodoxia, sino porque supondrían una absoluta y explícita falta de respeto al resto de Comunidades Autónomas.

En segundo lugar, y esto es lo más grave, los antecedentes no son nada halagüeños. Prácticamente todos los modelos financieros de los últimos quinquenios han sido pactados "en secreto" entre el Estado y Cataluña entre González, Aznar --recuerden que incluso hablaba catalán en la "intimidad"-- y Zapatero con Pujol, Maragall y Montilla.

Después, una vez salvados los criterios de financiación que interesaban a la parte catalana, se ofrecía al resto de Autonomías en el Consejo de política fiscal y financiera el tan manido argumento del "café para todos", o incluso el de las lentejas: "si quieres las tomas y si no las dejas".

EN EL CASO de Aragón, estos encuentros "a oscuras" serían particularmente graves, porque nuestro Estatuto no solo institucionaliza órganos bilaterales para debatir sobre éste y otros temas, sino que, además, reconoce un modelo financiero propio para Aragón, o la posibilidad de formalizar un acuerdo de financiación que nos singulariza dentro del sistema común de financiación, cuestiones que han sido sistemáticamente incumplidas desde Madrid.

En definitiva, hay un patrón común a todos los modelos: siempre benefician a Cataluña, aunque nunca lo reconozcan, y siempre perjudican a Aragón. Y por supuesto, si la propuesta la planteaba el PSOE, el PP en bloque se oponía, y viceversa, con los mismos argumentos. La historia de siempre.

Nunca han faltado acuerdos unánimes en las Cortes de Aragón, la gran mayoría liderados por el PAR, defendiendo la priorización de los criterios de financiación que nos benefician, extensión territorial, despoblación, orografía... Por no hablar de nuestro maltratado artículo 108, que, a pesar del cariño que le tenemos aquí --unos con más convicción que otros-- sigue incumplido sistemáticamente por el Gobiernos de turno.

Hacemos bien los deberes, pero cuando llega el momento de repartir pretenden siempre contentarnos con mecanismos de nivelación o, lo que es lo mismo, con las migajas que le sobran a Cataluña. Algún día, con un Senado reformado para que cumpla claramente su función de cámara de representación territorial, quizá pudieran producirse las alianzas precisas entre territorios de similares características, y provocar un reparto más justo de la riqueza.

Mientras tanto, mucho me temo que el Consejo de política fiscal y financiera seguirá funcionando como un órgano mediático donde el PP o el PSOE lleven sus propuestas previamente pactadas con quien más le convenga e interese. Ojalá me equivoque, pero la historia no está de nuestro lado.