Al final no ha habido acuerdo. El BBVA y el Banco Sabadell han anunciado la ruptura de las negociaciones para una fusión, casi dos semanas después de confirmar un acercamiento que era bien visto por el Gobierno y el Banco de España e iba en la línea deseada por el Banco Central Europeo (BCE), partidario de una concentración bancaria para que surjan entidades más fuertes. La fusión del BBVA_y el Sabadell habría dado lugar al segundo banco más grande de España, después del resultante de la suma de CaixaBank y Bankia.

Una de las razones de que se haya frustrado la operación es la discrepancia sobre el precio. La entidad que preside Josep Oliu consideraba insuficiente la oferta del BBVA por las acciones del Sabadell (por debajo de la prima del 30% que esperaba obtener) y considera que no le sale a cuenta, con esa valoración, unir su camino al banco de origen vasco.

ES OBVIO QUE si una de las dos partes no ve claras las condiciones del acuerdo, o no obtiene el resultado esperado, está en su derecho a levantarse de la mesa. En este sentido, el Sabadell debe velar por sus intereses y tomar las decisiones que considere más correctas para él.

La cuestión es cómo encarará a partir de ahora el futuro, tras cerrar la puerta al BBVA. Una opción inevitable es el recorte de costes. El preacuerdo para la salida voluntaria de 1.800 empleados se incluiría dentro de esta estrategia. Otra opción es la de vender parte de su negocio, y aquí tiene muchos números la filial británica TSB (una adquisición problemática).

En los últimos años, el Sabadell adoptó una serie de decisiones dudosas, a base de compras diversas, que le hicieron experimentar un crecimiento desigual. Pretender ahora seguir en solitario, cuando el regulador busca la consolidación bancaria, es un camino lleno de incógnitas, sobre todo porque se verá obligado a tomar medidas agresivas sobre todo para reducir costes .

La solución que se adopte debería ser lo menos lesiva posible para los empleados y los clientes. También para los accionistas, desconcertados con los últimos movimientos y que se exponen ahora al riesgo de una compra forzada. La bolsa ha castigado los títulos del Sabadell con un desplome del 13,58% (el BBVA subió el 4,99%). Entender cómo una entidad histórica como el Banco Sabadell ha llegado hasta aquí merece aclarar algunas dudas sobre su gestión.