Que la gastronomía es cultura con mayúsculas es algo que nadie bien informado pone en duda. En especial cuando la actividad gastronómica se inspira y vertebra en un territorio concreto, del que surgen sus recetas y productos.

Si de gastronomía aragonesa hablamos, y es mucho lo que hay que decir, escribir y, sobre todo, saborear, bueno sería hacernos con un ejemplar del libro 25 años apasionados por el arte de cocinar, editado por el Gobierno autónomo, coordinado por la Asociación de Cocineros de Aragón, por Jóvenes Cocineros de Aragón y por el periodista Arturo Gastón, especializado en esta materia, entre otras relacionadas con la divulgación turística y cultural.

Sus páginas nos invitan a remontarnos a los orígenes asociativos de los cocineros aragoneses, a sus primeros y tempranos esfuerzos por definir una nueva cocina aragonesa original y tradicional a un tiempo, y por sumarse a las corrientes renovadoras de la gastronomía internacional, como la Nouvelle Cuisine, la Nueva Cocina Vasca o El Bulli, por citar referencias tan ricas como indiscutibles.

Nombres como José Dobón o Domingo Mancho, por ejemplo, o establecimientos como Casa Lac o El Callizo, entre otros muchos restaurantes, han destacado por sumar fuerzas para, en primer lugar, fidelizar una clientela un tanto huérfana de novedades; y asimismo para atraer públicos de muy diversa procedencia a base de creatividad, calidad y, andando el tiempo y las comandas, un puñado de estrellas Michelin.

Cada vez son más los nombres de cocineros aragoneses reconocidos por galardones y premios en muchos casos de ámbito nacional. Nerea Bescós y Toño Rodríguez. Hermanos Carcas. David Baldrich, Víctor Manuel Gallego, Rubén Catalán, Roberto Aragón, David Bueno, Oscar Viñuales, Marisa Barberán, Tonnino Valiente, Alberto Ferruz, Reynol Osorio... Cada uno de ellos al frente de su propia carta y cocina, pues otra de las características de este renovado gremio viene siendo la apertura y mantenimiento de nuevos restaurantes donde maridar la alta gastronomía con la cultura, la economía y, sobre todo, la atención al cliente.

Cocineros y artistas.