A muy pocos metros de la Estación de Atocha, en el Centro de Arte Reina Sofia, se exhibe el mítico Guernica . Picasso escogió el atroz bombardeo de la aviación nazi sobre el pequeño mercado del pueblo vizcaíno como ejemplo simbólico de la sanguinaria brutalidad ejercida sobre la indefensa población civil. Si España fue entonces el escenario del macabro ensayo general de las atrocidades del totalitarismo fascista, parece que ahora somos de nuevo los primeros europeos en sufrir la barbarie del fanatismo islamista. En su peor momento, el pueblo madrileño ha dado lo mejor de sí mismo en un ejemplo al mundo de solidaridad y entereza cívica. A partir de ahora, no podemos dejarnos atenazar por el miedo o permitir que la venganza nos ciegue. Está bien que Zapatero cumpla con su promesa de traer a nuestras tropas de vuelta a casa si la ONU no se hace cargo de la situación en Irak, pero nuestro gobierno no puede dar muestras de debilidad ante el terrorismo. Debemos mostrar contra el totalitarismo de los fanáticos islamistas la misma determinación que el pueblo español mostró contra los genocidas fascistas. La sociedad libre no puede claudicar, no podrán con nosotros. No pasarán.

*Músico y gestor cultural