Decenas de miles de personas consiguieron el lunes que la temperatura ambiente en el centro de Huesca subiera unos cuantos grados después de que el cohete anunciador iniciara los Sanlorenzos, puntual como cada año. Durante una semana, la ciudad oscense es un torbellino de fiesta, alegría y diversión que cada vez más atrae a gentes de todos los puntos de España y especialmente de Zaragoza. La cita es obligada, sobre todo después de que muchos jóvenes hayan descubierto la comodidad y la seguridad de ir a la gran fiesta de Huesca en el autobús que les lleva por la tarde y les devuelve por la mañana, hora tras hora. ¡Felices fiestas!