Hay que ser cauteloso, una retirada a tiempo puede evitar muchos problemas. Si no, que se lo digan a los que practican el control de natalidad, y desde luego conlleva su riesgo si cuando te vas dejas algo bajo sospecha. Me refiero a la oportuna retirada del ministro Alvarez Cascos de la vida política y a su creciente interés por el arte. Ironías aparte, cuando las instituciones o empresas de carácter público hacen adquisiciones de obras de arte, como se supone que son bienes de interés general, estas son anunciadas con detalle para potenciar la política cultural y sobre todo para evitar suspicacias y dar una imagen de total claridad. Que sea la galería Marlborough la encargada de haber vendido obras por las que Fomento pagó 630.000 euros, que coincida que la directora sea la novia de Cascos y que además no se diga quienes son los autores o que ni siquiera se haya hecho una exhibición para ver el gusto y la calidad elegida, hace que todo esto se vea con cierta turbiedad. Tan amigo como es de epístolas morales, la prudencia de la que hace gala no consiste sólo en retirarse a tiempo sino en contribuir a no dejar estelas de dudosa incertidumbre.

*Pintora y profesora de F.P.