Las jornadas sanitarias celebradas en Huesca hubieran sido un marco estupendo para analizar la situación de la sanidad en España y ahondar en episodios tan complicados como el ébola. Pero los organizadores han perdido la oportunidad. Que solo estuvieran consejeros autonómicos de sanidad del PP --iban a venir once y se quedaron en cuatro-- no generó un debate muy plural. Pero que, además, ayer, al abordar las consecuencias de la peste africana, no estuviera la ministra Ana Mato, rebajó aún más el nivel --aunque el suyo sea bajo-- de unas jornadas que tenían una buena intención.