Recién estrenada la década de los años 60, a los niños españoles del tardofranquismo nos vendieron la moto de las excelencias de John F. Kennedy, entonces presidente de los EEUU de Norteamérica. Pertenecía al Partido Demócrata y había sucedido en la Casa Blanca al general republicano Eisenhower. Para ello hubo de derrotar en campaña electoral a Nixon, que años después también alcanzaría la presidencia. De ancestros irlandeses, Kennedy andaba sobrado de dólares, tenía buena planta y estaba casado con una mujer estupenda. Y además era católico. Muy idílico. Muy fashion. El franquismo tuvo muchas reliquias y una de ellas, no la peor, fue el kennedysmo . Bienvenido mister Kennedy. Pero se trataba de una simple operación estética. No obstante, los niños creímos en mister John. Luego, claro, soltamos algún que otro lastre. En cualquier caso, algo persiste en nosotros de aquella época, y es la tendencia a seguir viendo con mejores ojos a los candidatos estadounidenses demócratas que a los republicanos. El deseo de muchos, pues, es que gane Kerry. Bush fue el principal protagonista de la foto de las Azores. Y nunca hubo armas de destrucción masiva en Irak. Demostrado.

*Doctor en Medicina y radiólogo