El cierre de la oficina de Aragón en Bruselas se decidió hace un mes en un Consejo de Gobierno en el que participó el consejero de Industria, el aragonesista Arturo Aliaga. El PAR no puede aducir --un mes después--que no se le consultó. En todo caso, lo que se cierra es el espacio físico, pero las personas encargadas de su gestión continuarán en otras instalaciones de la representación española, se supone que más económicas. De cualquier forma, no es el lugar físico lo que debería defenderse sino su eficacia. ¿Están cuantificados los beneficios para la comunidad de este lobi aragonés en Bruselas?.