La implantación hace siete años en Aragón del Plan de Atención Ictus ha logrado que la mortalidad global se reduzca en un 37%. Aunque las enfermedades cerebrovasculares sigan siendo la primera causa de muerte, la puesta en marcha de tratamientos específicos en todos los sectores sanitarios ha logrado reducir la fatal incidencia en porcentajes más que significativos. Hay que considerar que en la comunidad ingresan anualmente 2.800 pacientes aquejados de esta patología. Y no solo los tratamientos han forzado esta reducción, también las campañas de sensibilización ante los síntomas, para recibir una rápida atención, la han favorecido, así como la rehabilitación de secuelas, sobre la que se debe incidir.