Pedro Sánchez será el sucesor de Alfredo Pérez Rubalcaba en la secretaría general del PSOE al lograr ayer en la votación abierta a la militancia el 49% de los votos. Una participación del 66% y una diferencia de 13 puntos sobre Eduardo Madina dan al nuevo líder un apoyo suficiente para iniciar su difícil mandato, que certificará el congreso socialista dentro de 14 días. Sánchez, el candidato que ha contado con el indisimulado apoyo de la líder andaluza, Susana Díaz, se enfrenta a la ingente tarea de rescatar un partido hundido. El desplome empezó en las elecciones del 2011 cuando los españoles pasaron factura al partido al que responsabilizan de la crisis y de traicionar a sus principios. La llegada de Rubalcaba no sirvió para remontar, hasta el punto de que la indignación por los recortes del PP se ha canalizado a través de otras fuerzas en las recientes elecciones europeas. El PSOE se halla postrado debido a sus errores, pero también a la incapacidad de la socialdemocracia europea de encontrar una salida propia a la crisis, sin hacer de comparsa de las fuerzas conservadoras. Muchos problemas tiene sobre la mesa Sánchez, pero el de la lucha contra el paro es el más acuciante entre los prioritarios. Y sobre eso pocas ideas se escucharon en el debate entre los tres candidatos.

A ello se añade la necesidad de afrontar la regeneración política, que tiene como grandes retos la reforma territorial --con la asignatura catalana en lugar preferente-- y la lucha contra la corrupción. La regeneración empieza por casa, y la elección de ayer es un primer paso que debe consolidarse con la convocatoria inexcusable de las primarias en noviembre para elegir candidato a la presidencia del Gobierno. En esta cuestión es fundamental que el nuevo líder demuestre que no está bajo tutela de los intereses de Susana Díaz, por mucho que sea en Andalucía donde ha cosechado el más amplio apoyo.

De la audacia de la nueva dirección del PSOE dependen también mucho las opciones de los socialistas de Aragón. Mayoritariamente, los militantes regionales apostaron ayer por Pedro Sánchez, siendo la provincia de Zaragoza la que más votó al nuevo líder. Habrá que ver qué tipo de complicidades se forjan con la futura ejecutiva y cómo la dirección regional y el candidato a la presidencia del Gobierno aragonés, el secretario regional, Javier Lambán, son capaces de recuperar la confianza perdida en el territorio.