Cual muñecos pendientes de hilos se pueden sentir la mayoría de los españoles por las constates reformas de leyes que se aplican de manera no consensuada y en algunos casos precipitada. Tal es el caso de la reforma educativa. No creo conocer otra ley que haya sufrido más reformas, más idas y venidas, más aumentos y supresiones. El futuro de la educación y de la formación requiere de un poso y, sobre todo, de un gran acuerdo entre todas las esferas educativas. Lo que es evidente es que entre unos y otros el fracaso escolar permanece junto con la baja calidad de conocimientos. Esto es debido, entre muchas otras cosas, a que el alumno, por naturaleza, aplica la ley del mínimo esfuerzo y si además se le exige poco como no repetir curso si suspende incluso tres asignaturas, el resultado es una cultura paupérrima, escasa, que hace que, posteriormente, encontrar un trabajo conlleve un nuevo esfuerzo de preparación con el consiguiente coste económico, con lo cual, en muchos casos se quedan con lo aprendido, es decir faltos.

La historia nos recuerda que potenciar el pensamiento perjudica el manejo de los gobiernos. Continuara.

*Pintora y profesora de FP