Cada día que pasa, la línea del AVE Madrid-Zaragoza-Lérida se va tornando en la casa del tócame Roque . Por si quedaban algunas dudas sobre las irregularidades detectadas hasta ahora, la auditoría a la que ha tenido acceso este diario confirma que las que se han venido denunciando sistemáticamente se quedaban cortas. La última pifia tiene que ver con el sistema de regulación de la velocidad que, aunque todavía no funciona porque está sin acabar ya suma un sobrecoste importante, según reclaman las empresas contratistas. ¿Se puede entender que año y medio después de la fecha en la que tenía que entrar en funcionamiento haya que retirar todo el sistema porque está mal instalado? ¿Alguien puede explicar si ésta es la forma habitual de trabajar de las llamadas empresas punteras? ¿No justificó Alvarez Cascos la adjudicación de las obras a las firmas más caras porque eran las mejores? Alguien tendrá que responder de tanto desbarajuste.