Sin noticias del monstruo del lago Ness, con los extraterrestres pasados de moda, sin apariciones de la Virgen ni grandes milagros a la vista y con Aznar perdiendo interés público día a día, el culebrón del verano ha sido el famoso reportaje de las ministras del PSOE posando en los jardines de la Moncloa para una revista de moda. Creo que el revuelo que se ha montado por esto ha sido excesivo. Desde luego, las ministras deberían tener algo mejor que hacer que posar encantadas cual modelos de saldo, y ya que parece que les gusta la pasarela, al menos deberían haber evitado que la ministra de Medio Ambiente apareciera entre pieles, que eso molesta mucho a los ecologistas y no resulta nada progre . En su crítica, el señor Rajoy, cada día con menos reflejos pues debe de ser verdad que la oposición desgasta mucho, se ha equivocado, y eso que a un buen polemista se lo habían puesto en bandeja. ¡Ay si este asunto, pero al revés claro, lo pilla el Alfonso Guerra de los buenos tiempos! Por supuesto que quien más contento estará con este lío habrá sido el propietario de la revista en cuestión, que ha disfrutado de decenas de horas de propaganda gratis en televisión, radio y prensa. En el fondo, que se hable de este tema no es sino un extraordinario acierto de alguno de los consejeros del señor Rodríguez Zapatero, que se lo habrá inventado para que se comente esta banalidad y se dejen de lado temas mucho más importantes y graves. Los culebrones del verano siempre han servido para eso. Pero ahora empieza el curso.

* Profesor de universidad y escritor