Las riadas del Ebro, dependiendo por supuesto de la intensidad de las mismas, llevan aparejada la tradicional demanda de los municipios ribereños y de los agricultores y ganaderos que sufren las afecciones cuando el río aumenta su caudal. Tras la última ordinaria, Quinto de Ebro acogió ayer una nueva movilización instada por UAGA, pero a la que se sumaron todos los colectivos afectados. Reclaman la limpieza del cauce y el mantenimiento de las defensas, con la CHE en el punto de mira. Pero también hay cuestiones medioambientales que atender. Hace falta equilibrio.