Un nuevo conflicto amenaza al Ayuntamiento de Zaragoza. Y otra vez con una contrata, la de conservación del alcantarillado. Ahora se anuncian doce despidos cuando solo lleva cuatro meses gestionando el servicio. Es otro caso --estuvo el bus y luego FCC-- en el que se alerta de un posible incumplimiento de los pliegos, con el que el gobierno municipal debe estar presto para impedir este hecho o con una sanción o bien rescindiendo el contrato. Pero sobre todo, debería poner coto a esta práctica empresarial. Tanto conflicto no es normal.