Se ha popularizado una app para el móvil que recopila las (muchas) paridas que soltó Rajoy a lo largo de su vida política. Te deshuevas, la verdad. Porque quien fuera presidente del Gobierno de España y tantas otras cosas se caracterizaba por soltar estupendas chorradas. Sin embargo, muchos analistas le tuvieron por gran parlamentario, maquiavélico administrador de los tiempos y escurridizo adversario. Todo era mentira... menos algunas cosas.

Las derechas suelen quejarse de que cualquiera de sus tropiezos es magnificado (por el periodismo progre), mientras que al PSOE y a los de más allá las meteduras de pata les salen gratis. Pero no sé yo si es es tan así. Sobre todo porque del socialismo hacia la izquierda el gafe abunda mucho. Aquí en Zaragoza, por ejemplo, las peripecias de ZeC en el Ayuntamiento de la ciudad darían para una serie cómica. Santisteve y los suyos (y suyas) se han caído del guindo y se la han tenido que envainar tantas veces, que ahora, cuando también han reculado en lo de las sociedades municipales, apenas nos hemos emocionado. Y fíjense que ya no tengo tan claro que tantos tozolones se deban a la párvula naturaleza de estos comunes. A la postre, la capital aragonesa ha conocido otros consistorios donde los analfabetos funcionales, los vagos y los despistados eran mayoría (trufaditos con algún sinvergüenza); sin embargo no se comieron ni la décima parte de las hostias que le han caído a ZeC.

A otra escala, Sánchez arrancó hace ciento y pocos días como una moto GP; ahora parece uno de esos ciclomotores chinos que petardean en las inmensas urbes asiáticas. Su única esperanza es que Casado, el ininputado aunque favorablemente tratado, se pase de acelerón ultra. Mientras, al Pedro de La Moncloa se le está poniendo parecida cara de voluntarioso sorprendido que a su tocayo el de la Plaza del Pilar. Ambos han sido dejados de lado por la caprichosa fortuna. Todo se les tuerce. No dan una. Y después de lo del tercer Pedro, el Duque, astronauta y figura societaria, he empezado a creer en los fantasmas. ¡Uuuhhh! H