En menos de una semana, la policía ha detenido dos veces a un hombre por quebrantar la orden judicial de mantenerse alejado de su madre, una anciana de 80 años a la que maltrata de forma reiterada. Afortunadamente, la víctima cuenta con la protección de la Unidad de Asistencia de la Policía, que es la que evita que este hombre, que sufre graves problemas psíquicos, vuelva a agredir a la madre. Pero la protección policial no debería ser la única solución ni para la anciana ni para su hijo enfermo. Una enfermedad como la que padece este hombre, que le provoca arrebatos violentos, debe ser tratada en condiciones.