La fijación obsesivo-compulsiva de la extrema derecha pidiendo listas de los profesionales que trabajan contra la violencia de género en Andalucía, los nombres de los sexólogos, su definición de normal y anormal… es una conducta patológica en una sociedad moderna, libre y democrática. Poner en el centro de la diana a las políticas de igualdad, al Instituto Andaluz de la Mujer, negar la realidad de la violencia de género y mostrar su ADN homófobo, consciente o inconscientemente, cada vez que abren la boca, son sin duda patologías intolerables desde el punto de vista de la defensa de los Derechos Humanos, porque de eso y no de otra cosa estamos hablando, del derecho a vivir sin que te maten, del derecho a vivir como quieras y con quien quieras, del derecho a la libertad sin que nadie te llame anormal. Hay valores que son absolutos, cuestiones que no son a estas alturas negociables, conquistas sociales que no se pueden perder y en consecuencia hay conductas que no son tolerables y contra las que hay que reaccionar con indignación y diciendo que por ahí, de ninguna manera. Esta gente quiere volver a la Edad Media, porque no han salido del nacional catolicismo, imponiendo su retrógrada manera de ver la vida social. Están crecidos y se permiten expresar en público y convertir en programa político lo que estos últimos años pensaban en silencio Sus ideas ya no son normales en la España del Siglo XXI. Son una patología con la que hay que acabar democráticamente. Lo grave es que los que pactan con ellos igual hasta comparten tales barbaridades. Y si no, que lo digan. H *Profesor de universidad