La Iglesia aragonesa se ha sumado a la ofensiva crítica contra el Gobierno socialista que impulsa el cardenal Rouco y los sectores más tradicionalistas del episcopado español. El pasado fin de semana se recogieron firmas en los templos aragoneses para rechazar las modificaciones anunciadas por el Gobierno central sobre la asignatura de Religión, el matrimonio homosexual, la nueva ley del divorcio, la eutanasia y los recortes en la financiación de la Iglesia. El arzobispado de Zaragoza, con la ayuda de la Concapa, ha llevado la campaña de recogida de firmas contra la reforma educativa a los propios colegios, aunque las asociaciones de padres se han desmarcado de la ofensiva generalizada.

La movilización del episcopado español no es unánime, ya que las iglesias catalana y vasca no la secundan por entender que no va a haber retrocesos esenciales sobre la educación respecto de los últimos años, y que lo único que hace la Administración socialista es frenar la contrarreforma que respaldaba el PP. El año próximo habrá elecciones para la cúpula del episcopado, y será entonces cuando se visualizará si hay cambios en la correlación de fuerzas y si se opta por una política de mejor convivencia y mayor discusión con el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero.