Ayer echó a andar el Consejo del Futuro de Aragón. Ebro 2030, un foro de expertos, abierto a toda la sociedad, con el que se pretende abordar el porvenir de una comunidad de interior, con escaso peso político y demográfico en el conjunto nacional, pero que puede hacer de ello virtud si una financiación adecuada le permite competir en igualdad de condiciones con autonomías más poderosas. Un horizonte a once años vista da para reflexionar y pergeñar muchas estrategias en torno a la movilidad, la logística, el agua, la pobreza o el medio ambiente, como establece la Agenda 2030 dela ONU. Pero sin dormirse en los laureles. Para muestra, ahí está el carbón, que sabiendo lo que se avecinaba nos ha cogido el toro.