En las interioridades del Real Zaragoza todavía no han digerido que el máximo accionista, Agapito Iglesias, expresara públicamente el malestar que le produjo el comunicado del club en contestación a las declaraciones de Movilla. Comentan la sorpresa que les produce que quién defiende al Pelado como grandísimo jugador y mejor persona no dijera esta boca es mía cuando se le despidió. Todo más enrevesado que la cadena del ADN.