Verán: no es que me sorprenda que el desencuentro entre la reina Letizia y la Reina Sofía fuera el tema estrella de la semana pasada. Lo que me sorprendió es escuchar a sesudos comentaristas políticos opinando sobre ello, ver a esos tertulianos pelar a Cristina Cifuentes para, a continuación, ponerse a pelar a Letizia porque se interpuso entre su suegra y un fotógrafo. Que si la Familia Real se tiene que comportar con decoro, que si hay que respetar el protocolo, que si mire usted qué carácter tiene Letizia… Pero ¿nos hemos vuelto locos, o qué? Para empezar, que la reina actual no se lleve con su suegra a mí me da igual. Como si se tiran de los pelos. Pero que, un suponer, un exdirector de un diario nacional, prestigiosísimo periodista, opine sobre el tema, al mismo nivel que opina Marie Chantal, una rubia casada con no sé quién de la familia real griega, eso sí que me desconcierta. Twitter se ha vuelto loco con los mensajes de todos los petardos nacionales apoyando a la Reina Sofía, una señora mayor que las veces que ha expresado una opinión propia ha demostrado estar antigua y llena de prejuicios. Una señora que ha ejercido de consentidora de su señor esposo toda su vida. Una señora a la que nadie ha hecho el menor caso hasta ahora, que otra señora (pero plebeya, uy uy) le ha hecho un feo. A ver si va a resultar que nos creemos muy modernos, y en el fondo, somos unos redomados clasistas… Yo, como dijo Pablo Iglesias, «del rey en tanto padre, de la reina en tanto madre o de la reina en tanto abuela» no tengo nada que decir.

*Periodista