Para que no quepa ninguna duda con relación a mi posición socio-política, deseo manifestar que en España tenemos una Constitución que nos ha permitido un modelo eficaz de convivencia y de lo que me siento orgulloso, aún admitiendo que es factible de modificar, porque los modelos de sociedad evolucionan y por ello es preciso adecuar la casa en la que vivimos todos, o ¿considera alguien que las viviendas en las que habitamos, no se deben pintar, aportar los cambios tecnológicos y hacerlas mejores para nuestras vidas y por ello no deja de ser nuestra casa, pues esto es la Constitución como lugar de convivencia común. Pero apoyándome en esta norma principal, me gustaría transcribir el artículo 2 de la misma.

Artículo 2. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

Pero esta diferenciación que reconoce el artículo 2, entre nacionalidades y regiones, no debe darse desde un concepto político, pues la disposición transitoría segunda de la Constitución, aclara que quienes pueden optar a esta denominación y constituirse en autonomía a través del artículo 151, son aquellas que en el pasado hubiesen plebiscitado afirmativamente proyectos de autonomía y estos eran, Cataluña, País Vasco y Galicia, aunque a posterioridad otras comunidades a través de sus Estatutos de Autonomía se definieron a sí mismas como nacionalidades, estas fueron Aragón, Andalucía, Comunidad Valenciana, Islas Baleares e Islas Canarias.

Y una vez que entendemos el diferente significado que tiene el termino Nación, que solo le corresponde a España por su sentido político y jurídico, con el de nacionalidad que recoge un concepto social y cultural; me llama la atención que cuando la mayoría de los españoles defendemos la unidad de España y por tanto de sus territorios y sus ciudadanos, este discurso no se pueda conllevar con otro que pregona que existen otro número de españoles que manifiestan que no lo son por lo que piensan, aunque continúan siendo españoles y es por esto que como ya dije en otra ocasión, sorber y soplar ni los avances tecnológicos lo han conseguido; es por esto que quienes estamos en esa defensa de la unidad de España, en la que todos somos españoles, no debemos entender, sea posible que de diez a doce los haya que no lo son y por tanto debemos admitirlos tan españoles como a nosotros de forma permanente.

Por esto defiendo esa unidad sin limitaciones y mientras que todos y cada uno de los territorios que conforman España, lo sigan siendo, espero y deseo que por siempre, también lo son sus habitantes, lo demás es fantasía intencionada por confundir el pensamiento y la voluntad de quienes creen que lo contrario mejora su forma de vida y no lo es así.

Lo importante es que entendamos que las personas tienen una a una su propia idiosincrasia y que de alguna manera, parte de ella proviene de las formas y costumbres de su origen y esto que es diferenciador, a su vez es la conformación de un conjunto de diversidades que nos enriquece como pueblo, sobre todo cuando está basada en la cultura, lengua incluida, porque debemos entender que no nos limita a nadie las peculiaridades de otros, no lo son las físicas, pues mucho menos las intelectuales, cada uno es propio en sí mismo.

De todo esto deberíamos sacar la conclusión, que ningún ciudadano tiene la capacidad y mucho menos el poder de dar carnet de nada a otro congénere, lo que si debemos tener empeño es en hacernos comprender unos a otros, porque de ello nace la mejor de las formas de convivencia. Lo cierto es que grupos de políticos, utilizan esta diferencia como instrumento para hacerse un hueco que no tienen por sus propias ideas y lo que si deberían considerar es como a través de sus aportaciones se consigue el mejor avance de la sociedad que representan y como consecuencia un bienestar para todos sus ciudadanos, lo demás es crear bloques de enfrentamiento para ocultar su inoperancia sobre el papel que quieren adoptar y ni saben ni pueden.

Creo que estamos en un estado, España, que desde hace más de cuarenta años, hemos venido transformando para hacerla mejor para todos y no sería consecuente que estos avances los echemos a perder, solo por dejar que un reducido grupo quieran sacar provecho personal, en vez de formar parte del esfuerzo y trabajo del conjunto, no olvidemos donde estábamos entonces y adonde hemos llegado y digámosles a esos que no se esfuercen, que la penicilina ya está inventada y lo que nos quieren dar ahora, solo es un sucedáneo y estamos bien con el original y por cierto, tampoco queremos volver al método de las lombrices que chupaban la sangre de los demás y de eso vivían.

*Presidente de Aragonex