La 1 nos sumergió en el lago de las nostalgias llevándonos a recorrer la historia de los telediarios, ay. El telediario, que se aplica genéricamente a todos los informativos (como el Frigo con los helados), es genuino de TVE. Lo inauguró Jesús Álvarez en 1957, el papá del actual chico de los deportes. Les digo que Ochéntame otra vez nos invita a recorrer un pasillo repleto de nostalgias porque los que hicimos la mili recordamos a esos señores severos, de voz engolada y presencia engalanada. Aquellos locutores como Lalo Azcona, tan americano él, como Pedro Macía, tan sudamericano él, como Jesús Hermida, tan nuevayorkino él. Eran rostros popularísimos que se colaban en nuestras casas por la única ventana que existía al exterior, TVE. Eso o el UHF, que era el cuarto de estar de los trastos raros.

Es bueno que el espectador conozca que hacer un telelediario suponía una hazaña increíble; de entrada, se filmaba todo en cine (recuerdo emocionado para Miguel París, cámara aragonés), lo que suponía tener que enviar la película en avión o bus a Madrid, cuando la noticia sucedía fuera de la capital. En Madrid era revelada, montada y editada. ¿Saben que el Estudio Estadio (espacio sobre la Liga) se emitía los lunes porque los domingos no daba tiempo? Así se curraba en los albores pioneros de la tele actual.

Muchos de aquello aventureros viven todavía; alucinarán que en 50 años se haya dado un brusco viraje a la forma de acceder a las informaciones, que ya es instantánea. Una broma de la tecnología. Pero ellos inventaron esto.