Los espacios públicos se pueden utilizar para debatir cualquier tipo de cuestiones, políticas también, como el caso de las Mareas con el centro Cívico Delicias. Ahora, que una formación política como Podemos propugne el uso de un edificio zaragozano, gestionado por una institución en manos del PSOE, como la residencia Pignatelli, es introducir un elemento que compromete a otros. Y se le ha dicho que no. La cuestión es distinta a la anterior, porque en este caso, la convocatoria es para cargos de la formación en un encuentro que, al fin y al cabo, pretende hacer apología de una situación en Cataluña que ya ha sido acotada por los tribunales, con una fiscalización que coloca tal situación fuera de la ley.