La consejera de Sanidad, Sira Repollés, informaba la semana pasada en las Cortes de Aragón que la situación provocada por la pandemia nos lleva a que más de 10.000 pacientes estén a la espera de una intervención quirúrgica.

Confío en que nuestro sistema y sus profesionales están priorizando adecuadamente y que no haya ningún caso de máxima gravedad que no sea intervenido de manera inmediata, aunque sé que necesitar la implantación de una prótesis de rodilla o llevar meses y meses una hernia discal en situación límite aminora la calidad de vida de las personas, pero es cierto que el riesgo directo de que mueran no existe a priori.

Lo que realmente me preocupa es cuál será el número de diagnósticos a los que no se está llegando y las consecuencias que supondrá para la salud de los ciudadanos en un futuro no muy lejano, tanto a nivel individual como en nuestra condición de colectivo. No puedo no pensar, por ejemplo, en ese síntoma tan aragonés de la mala gana, que a veces es simplemente eso y otras la expresión de una incipiente enfermedad grave.

¿Estaremos llegando a su diagnóstico en un sistema estresado por el covid. Lo veremos en el futuro , pero me huele que algunos se estarán escapando .

Si algo está evidenciando este bicho es que nuestro sistema sanitario, que es un buen sistema, andaba algo cojo en medicina preventiva y promoción de la salud, que son precisamente las áreas que invierten en la misma y no en curar la enfermedad. Algunas campañas como la prevención del cáncer de mama ya se resentían antes con esperas de más de un año para realizar una mamografía, ahora esas pruebas han quedado aplazadas sine die .

Desde mi rincón considero que lo urgente ya no puede seguir colapsando todo lo demás y pido a todos los gobiernos y administraciones, a todos, pero también a los grupos de la oposición, que saquen las energías de donde sea pero se pongan ya a reformular el modelo, el sistema sanitario , invirtiendo en prevención y promoción de la salud porque las consecuencias de no prevenir van a ser tener que curar y la cura además de ser más costosa, se sigue demorando en tiempos de pandemia.

Y de paso que incluyan la educación sanitaria en su hoja de ruta porque está visto que ni el llamamiento a la responsabilidad ni la sanción nos están llevando a mejorar la situación en la que nos encontramos.

Lectores, recuerden las normas básicas de higiene, mascarilla, distanciamiento, y sigan las recomendaciones.